Se inquietaba en la cama y al no poder dormir por la luz que entraba por la ventana, decidió taparse los ojos, recordando esos antifaces que usan en las películas de hollywood, tomo una bufanda vieja y se la ató a un costado, para poder dormir sin molestias, mirando al techo, como a el le gusta. Pero su cabeza se activo y como buen escritor no pudo desoírla. Tenia que, descargar, tomar la lapicera y alguna hoja en alguna parte. Se levanto de la cama, cansado y sin muchas ganas, pero sabiendo que si no lo hacia, no podría dormir. Como acto de rebeldía, se corrió solo un poco el improvisado antifaz. Recorrió los pocos metros hasta el comedor y tomo hoja y papel. comenzó a escribir lo que se le venia a la cabeza, palabras sueltas y una idea de un cuento de espionaje. De repente empezó a sentir la presencia de algo en la casa, pensó que tal vez alguien había entrado, se sintió inseguro. Pero se corrió un poco mas la bufanda y no vio nada, solo el viento de una tormenta que agitaba las ventanas, se volvió a poner la bufanda roja, solo dejando entrever lo suficiente para escribir. Retomo la trama, un poco mas asustado, cuando las vio, eran sombras que cruzaban alrededor de el. Quiso verlas directamente. ¿Qué las producía? Pero no vio nada en la sala. Cuando volvió a agachar la cabeza, vio como una se paraba cerca, y sintió un puntazo en el hombro. Lo miro directamente, pero seguía sin poder verlo, se miro el hombro y estaba sangrando.
Empezó a escribir lo que le sucedía, se olvido del resto de las ideas, y las sombras reaparecieron, comenzó a sentir pinchazos por todos lados, de alguna forma podía ver lo que le pasaba a una persona en algún otro lugar, fue lo que pensó.
Alguien estaba siendo torturado, comenzaba a sentir las voces que le hablaban en un idioma extraño, sintió la anestesia en casi todo su cuerpo producto del dolor. De repente se corrió la venda y los pudo ver a todos y cada uno, alrededor de el, fumando, riendo, jugando con cables, con pinzas, con el. No podía resistir el dolor, de apoco se concentro otra vez, y volvió a ver el comedor, a sentarse frente al papel. Se olvido de sus torturadores, del medio oriente,volvió a imaginar que era un escritor, trabajando una historia en un papel, tapándose los ojos con una bufanda para no ver, para concentrarse y poder luego descansar, incluso podría entregar aquella narración y ahorrase algo de trabajo. Deseo ser famoso por lo que hacia. Se olvido que a kilómetros de ahí, también vendado, moría poco a poco alguien que no era escritor, alguien que no era famoso, alguien que no quería ser el.

1 comentarios:
durísimo compañero! me gustó mucho...
Publicar un comentario