Con el sabor de tu sangre,
con mis encías inflamadas,
corriendo en tu cara.
No me escuchas, no vienes,
¿Contra que golpearse ahora?
Con el sabor de tu sangre,
con mis encías inflamadas,
corriendo en tu cara.
No me escuchas, no vienes,
¿Contra que golpearse ahora?
Triste secuela de un altar.
Como en navidad te veo partir,
con la mirada en alto
veo que te salen alas,
te vas de mí,
entre revueltas de mi pueblo
a mis pies,
te vas de mi y no se que decir.
Son navidades pasadas
las que veo sufrir.
No es un cristo el que nace,
ahora el también debe partir.

La tarde del viernes se deshacía entre sus dedos. Decidido a que todo cambie, se levanto de golpe, rojo de furia, pensó en calmarse tomando un té. Encendió la hornalla con un fósforo, que rápidamente se consumió. Inmóvil, sus ojos no podían creer lo que pasaba frente a ellos, de sus dedos magullados fluia sangre, lentamente, atravesando los poros, goteando en la mesada de su cocina. Se dio cuenta de lo perturbado que estaba, lo agitado de su respiración. Apenas pensó en el, su corazón atravesó su pecho en una explosión de sangre. Un espejo de sangre reluciente, se levanto frente a el, pudo seguir el fluir hasta el piso. De sus dedos, las ultimas gotas acompañaron su caída, y ya en el piso, pensó en que de todas formas ya no tenia nada que escribir.
(...)
-¿Lo dice en serio?
- Sí.
-¿Esta usted lo suficientemente enfermo para suponer que podría haberle gustado?
-Una violación es algo halagador. Es la prueba de que alguien puede infringir la ley por ti.
-La ley. Sólo sabe decir eso. ¿Cree que aquella pobre chica pensaba en la ley cuando
usted...? Merecería ser violado para comprender.
-Me encantaría. Por desgracia, nadie parece tener ganas de hacerlo. (...)
Cosmética del enemigo - Amélie Nothomb.
La de la foto, si, es ella.
