Tratando de decir un poco mas de lo que se calla

Como práctica, como un dado, pequeño, con varios lados y talvez demasiados puntos...

lunes, 16 de noviembre de 2009

Nubes grises en tu cabeza



En el campo uno ve cosas que en la ciudad no, cosas raras. Porque en las metrópolis uno ve niños y adolescentes que tratan, como se dice, "de arreglárselas", se piensa que una exposición prolongada los llevara a fundirse con el cartón y papel. Pero lo que voy a contarles es mucho más increíble. Se tarta de una chica con cabeza de papel, incluso pies de papel.
Durante mi estadía en una casa de campo al costado de una ruta con poco transito, fue cuando la vi. Era una mañana calma y fresca, luego de una lluvia, lo que me perturbo en la madrugada al no estar acostumbrado a ese tipo de ruidos, en la ciudad se acostumbra uno a escuchan ruido de colectivos, automóviles y camiones recolectores, en cambio aquí, un pájaro, un perro o incluso el ruido del viento colándose en el hogar ya era suficientes para quitarme el sueño de los primeros días. Así de mal dormido amanecí. Era cerca de las seis treinta y no llegue a ver el amanecer. De todas formas tome el libro que llevaba leyendo nueve meses y aun no termino. Arrastrando la pesadez del sueño y una silla me dispuse a leer en el umbral de la casa. En ese mismo lugar con mis piernas a media altura la vi, como a treinta metros de frente, esperando el arribo de un colectivo. Una joven con cabeza de papel blanco, muy diferente a las nubes grises de esa mañana, pensé que no existía posibilidad de que una nube bajara y le cubriera el rostro. Si eran grises sus brazos, no por las nubes sino por un fino pulóver. En otro momento pensaría que podría tener frío, pero la conmoción no me dejo pensar. Ni pude moverme siquiera. En un momento pensé que podría ser un sombrero o una mascara ya que no la veía acariciar sus cabellos lacios y marrones, emergían por debajo de la cabeza solo las puntas de su cabellos tocados con sus dedos. No solo era de papel sino pelada. No habrá podido pegarse aun que sea unas serpentinas a las que el viento moviese. Tenía un pantalón de jean. Sacaba y miraba su teléfono celular por momentos espaciados. Así que podría ser de la ciudad, pensé, ¿Como es que nunca supe de ella? Debe de vivir cerca de aquí. Estaba esperando en la dirección en la que no se aleja más de alguna población. Una bufanda violeta recorría su cuello y su pecho. Sus rodillas juntas y azules contrastaban con sus pies blancos de papel. A lo lejos no podía percibir si tenía ojos o si giraba la cabeza buscando el arribo del colectivo por reflejo. Pasaron dos autos y un camión los que produjeron que me turbe más. Mientras pasaban por delante de mis ojos, quebrando la distancia que nos separaba, vi que la cabeza y uno de sus pies no desaparecían detrás de los automóviles, el resto de su cuerpo si lo hacia. Las propiedades físicas se les aplicaban, al pantalón, al pulóver fino, a sus cabellos y a uno solo de sus blancos pies. Pero la cabeza y su pie izquierda no. Una fuerza increíblemente fuerte los hacia perdurar o algo inevitablemente mágico. Así pasó un auto, un dodge y luego otro más moderno, mis ojos seguían tiesos, incrédulos. Luego el camión. Su fuerza me hizo darme cuenta del poderío de lo que veía. Varios minutos después. Me moví un poco a la derecha al tiempo que el colectivo se detenía y ella se ponía de pie. Mas increíble es lo que veía, una joven de cabellos de fuego, se acercaba al vehiculo y la chica de cabellos de papel desaparecía frente a mi, para convertirse en ella. Su bufanda era en realidad un bolso. Tenia ojos, incluso cabello, para mi se había convertido en anormalmente anormal, la desazón sobrevino cuando me di cuenta que era una ilusión, unas bolsas de plástico en el alambre que delimitaba el terreno. La captura de mi ser inmóvil fue lo que le dio perpetuidad a la joven cabeza de papel, joven que aun hoy quisiera volver a ver.

2 comentarios:

Unknown dijo...

no habia tenido tiempo de leerlo con detenimiento. ahora q lo leí te puedo dar una opinión. es un relato raro pero tiene su magia. trasmite algo de "ominoso"...

Tirando piedras al rio dijo...

Si, eso trate, pero el final nunca me cerro del todo..