Algunos amigos no estuvieron anoche
y para siempre he quedado triste,
por un tiempo que hace lo de siempre; tenia
mucho alcohol en la cabeza, como un sargento
que conocí en otro aniversario menos festejado que el de anoche,
que de tal manera me sentí. Era noche cerrada la de ayer.
Era hermoso el tiempo en la noche; no llovía nada pasaba,
todo estaba igual que antes; me había arrepentido,
me perdonaban, era salvado para siempre en este tiempo que todavía no ha muerto.
Todo vive a mi alrededor; el frió gozaba de la vida
la inconsecuente soledad era feliz mirándome envejecer,
daba tumbos en la cabeza saturada de bostezos y compasiones.
Celebramos treinta y dos años de vida que me pertenecían
y hablando del futuro un llanto tierno nos envolvió t llegaron a odiarme
y a mal decir el día en que mi madre me tiró sobre el mundo.
Del otro lado (1960-1965)
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