Cansado de la violencia,
del cansancio insatisfecho
De los ayunos nocturnos, del huir de mis oídos,
de los deberes chatos y placeres rápidos.
De las frustraciones inéditas esta noche.
De la falta de lágrimas en las salas del hospital.
De los llantos sordos de mi colchón.
No, no me canso del vivir, pero si de la espera,
si de las mismas canciones, si de la evasión
y de la falta,
sobre todo de la falta.



